Escuela en Casa y Estrategias de Salud Mental

Escuela en Casa y Estrategias de Salud Mental para la Familia ante el COVID-19

El Coronavirus y la Pandemia declarada en marzo de 2020 por la OMS (Organización Mundial de la Salud) cambió sorpresiva y drásticamente la escolaridad y formas conocidas de educación de la mayoría de los estudiantes, ya que se han visto forzados a desarrollar técnicas de estudio y aprendizaje nuevas en el hogar, trayendo consigo nuevos retos para ellos, para sus maestros y profesores, así como para los padres. 

Para aquellos padres que deben realizar teletrabajo, aún es más complicado poder equilibrar ambas responsabilidades y en primera instancia no se espera que puedan balancear satisfactoriamente entre los compromisos del hogar, sus propios trabajos y ayudar a sus hijos siendo prácticamente sus docentes.  Una de las maneras para manejar esta nueva forma de vida, cuidando y manteniendo la propia salud mental y la de nuestros hijos es tratar de minimizar los efectos de la incertidumbre y el miedo.  Tenemos la obligación como padres de contener a nuestros pequeños ante todos los cambios que están surgiendo en nuestro día a día y hay dos aspectos que son fundamentales:

Uno de ellos es la ESTRUCTURA:  la inestabilidad hace mucho más propensos los cambios de humor, de conducta y emocionales.  Los niños responden muy bien cuando pueden predecir lo que va a suceder.  Debido a ésto, es indispensable crear una nueva rutina en casa, en donde se tome en cuenta los horarios de comida, tareas de la casa y las escolares, actividades físicas, juegos, uso de tecnología, entre otros.  Para los niños pequeños pueden usarse imágenes, para los más grandes un horario tradicional escrito. 

Otro punto fundamental es LA CONEXIÓN: Ésta es una tremenda y maravillosa oportunidad para conectar con nuestros hijos, pero no se trata de solo llevarse bien o de jugar con ellos; es estar pendiente a su estado emocional y ayudarlos a equilibrarlo.  Es observar y estar disponible para acompañar, reafirmar, validar y mejorar algunos límites que se han venido construyendo.
Es importante, además, hablar con nuestros hijos acerca de lo que está sucediendo, sobre los riesgos, pero dejándoles saber que tienen un plan de acción por si alguien se contagia y que existen muchos médicos, enfermeras y otras personas trabajando fuertemente para ayudar a quienes se enfermen. 
Conversar con ellos acerca de lo difícil que han sido los cambios de hábitos y horarios que todos hemos tenido que experimentar, no sólo ellos, sino también sus maestros y nosotros mismos como padres.  Por lo tanto, todos debemos tener mayor tolerancia y ser más empáticos y pacientes.

Por último, tenemos que reconocer que la educación en el hogar no deben ser horas continúas sentado leyendo o haciendo ejercicios de clase como en un salón tradicional. Debe ser una dinámica totalmente diferente al de la escuela.  Al intentar seguir el patrón de estudio de la escuela, puede resultar demasiado difícil, frustrante y sentir que es imposible.  Debe realizarse de manera más activa, quizás haciendo cosas típicas en el hogar con las que se pueda aprender de ciencias, matemáticas y otras materias. Por ejemplo, cocinar mientras se educa del cambio físico que ocurre cuando el agua se evapora, horneando un dulce para explicar sobre proporciones, medidas.  El punto es usar lo que se tenga accesible en el hogar como recurso para la enseñanza.  

Los padres no deben ponerse una presión excesiva y esperar ser perfectos, mucho menos mientras comienzan a desarrollar estas rutinas.  Todo es nuevo para todos y cada día habrá desafíos diferentes que traerán frustraciones, decepciones, pero con el tiempo y un poco de esfuerzo y creatividad, iremos sintiéndonos cada vez más seguros y satisfechos con el trabajo que vayamos realizando.

Consultorio Psicológico
Mgter. Yelania Tejeira
Psicóloga Clínica
Terapeuta de Niños, Adolescentes y Adultos

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