Por todos los medios, un lector nunca se rinde.

 Hace más de un año, tuve una operación de la vista y se imaginan un mes sin poder esforzar mi vista, y lo tanto que me gusta leer.  Antes de la operación, conversando con una compañera que también es lectora, me recomendó una autora.   Era la primera vez que escuchaba de esta autora, porque aunque nos encanten los libros, imposible conocer a todos los autores; entonces busqué información sobre ella y sus títulos.

Hay páginas donde podemos descargar libros gratis y comprarlos, así que como sabía que iba a estar un mes sin poder leer un libro, me fui preparando.  Descargué una aplicación en mi celular, se llama Librera; la probé y me pareció práctica para leerme los libros.  Preparé la carpeta de libros en mi nube; todo menos desconectarme de las historias y narraciones.  La autora de quien les hablé en el primer párrafo, es Sarah Lark, seudónimo de Christiane Gohl, escritora nacida en Bochum, Alemania en 1958 y actualmente radicada en España.  Investigué sus publicaciones y me di cuenta que este libro era de 2007, pero eso es lo bueno de los libros, que permanecen en el tiempo y cuando llegamos a leerlos nos atrapan, sin importar cuándo fueron escritos.
Empecé a leer las sinopsis de sus trilogías, y obtuve por internet los tres libros de la serie “En el país de la Nube Blanca” para ir preparando mis libros para mi mes de recuperación.  Me gustan las novelas ambientadas en el siglo XIX.  Los títulos de esta trilogía son: En el país de la nube blanca, La canción de los Maoríes y El grito de la tierra, en ese orden.

Llegó la fecha de mi operación y ya tenía todo preparado para mi convalecencia.  Por lo menos podía ver el celular y poner a rodar la lectura, lo que no podía era mantenerme siempre con el celular o televisión o un libro porque no era recomendable.
Todo salió muy bien en mi operación, y esa noche en casa relajada y recostada, puse el primer libro de esa trilogía de Sarah Lark, cuyo título es igual que el nombre de la trilogía: En el país de la Nube Blanca.
No es lo mismo leer a que te relaten, pero les cuento que con mis ojos cerrados me fui trasladando a esa historia.
En el país de la nube blanca:

“Londres, 1852: dos chicas emprenden la travesía en barco hacia Nueva Zelanda.  Para ellas significa el comienzo de una nueva vida como futuras esposas de unos hombres a quienes no conocen.  Gwyneira, de origen noble, está prometida al hijo de un magnate de la lana, mientras que Helen, institutriz de profesión, ha respondido a la solicitud de matrimonio de un granjero.  Ambas deberán seguir su destino en una tierra a la que se compara con el paraíso.  Pero hallarán el amor y la felicidad en el extremo opuesto del mundo?

Con una narración en tercera persona, sencilla, con diálogos claros y muy casuales,  la autora nos adentra en una aventura que les llevará a estas mujeres a vivir nuevas y grandes experiencias.
Gwyneira y Helen vivían en Inglaterra sin conocerse, y se les presentó la oportunidad de una gran decisión, cada una por causas diferentes, pero al final el objetivo, era el amor. Esta nueva sociedad que se estaba formando en Nueva Zelanda, un país exótico y de grandes paisajes, les esperaba; pero también con ese cambio, llegaban alegrías, dolor, intriga, traición y decepciones.  Desde el momento en que ambas toman la decisión de irse a esta nueva tierra, inicia esta fascinante historia.  Ambas se conocen en el barco camino a este nuevo destino.  Estas mujeres eran tan distintas y cada una fue forjando su carácter a medida que el tiempo transcurría.

Gwyneira suspiró cuando las últimas pasarelas del muelle de Dublin se recogieron.  Las horas de la despedida habían sido agotadoras, sólo el torrente de lágrimas de su madre había empapado tres pañuelos”.

Les cuento que cuando la aplicación “Librera” me iba leyendo cada palabra y párrafo de la historia, no quería dejar de escuchar, mi imaginación creó y viajó a cada uno de los lugares y momentos descritos por la autora, esa es la intención de una buena lectura, trasladarse.
La autora te coloca en el momento y año de la trama, los capítulos los dividió por épocas, por ejemplo: Algo así como el odio... Llanuras de Canterbury, Costa Oeste...1858-1860.  Cada época vivida por nuestras protagonistas, sus amores, su familia, sus deseos, sus alegrías y tristezas.  “Helen se acostumbró en cierta forma a la vida...
“¡Ay, desearía estar en tu lugar! Sé que en estos momentos te sientes desgraciada, pero deberías ver cómo me va a mí”.

Cada uno de los personajes de la historia tiene su relevancia en la vida de estas mujeres, pero hay quienes las marcan de manera trascendental.  A medida que vamos leyendo se va despertando el interés en cada personaje que va a apareciendo en la historia, y no podemos dejar de poner atención para entender cómo se va formando la trama.
Hay situaciones de la historia en que la autora narra con tal claridad el momento, que hasta el dolor o la alegría los sufres como lector; como si estuvieras viendo todo en el lugar de la trama, pero en un dimensión paralela.
Y así fui dejando que cada uno de los libros de esta trilogía me envolviera.  Son libros con gran contenido y extensión.  Se terminó el primero, y era justo y necesario continuar la historia hasta llegar al último libro.
Es una apasionada historia que dejó muchas cicatrices a muchos personajes, envueltos en amor, felicidad y enemistad. Dos familias llenas de muchas historias entrelazadas entre ellas y vividas por separado, de esos relatos que al lector lo llenan de satisfacción.  Por supuesto que cuando me recuperé compré los libros en físico, un paquete especial de los tres y los he leído como realmente me gusta, pasando página a página.
Sobre el lugar donde se desarrolla la historia, Nueva Zelanda; en lo personal no tenía mayor información, pero para eso leemos, para aprender cosas nuevas.  La autora es apasionada de esta tierra exótica, ya que ha sido escenario de algunas de sus novelas y ha investigado para poder crear estas magníficas obras.

Dentro de los personajes de la historia, podemos ubicar en cada uno los libros de esta trilogía, que algunos de ellos eran pertenecientes a los  Maoríes y menciona detalles de su forma de vida y cultura. Los Maoríes fueron los primeros pobladores de Nueva Zelanda.  “Tu hijo pertenece a la tribu de aquellos que llegaron a Aotearoa en el Dublin.  También la familia de su padre le dará la bienvenida”.
El libro impreso nos presenta un mapa de las islas, para que así podamos tener idea y ubicarnos en la distribución geográfica de la misma en ese momento de la historia.
La autora, supo entrelazar las historias en los tres libros.  Si te gustan las historias de amor, intriga y traición, se las recomiendo.  Sarah Larks, sus historias te envuelven.
Esta trilogía, entre algunas páginas de lectores y libros, en el rango de 1 a 5 tiene una valoración promedio de 4 a 5.

Iselt Osorio
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